Siempre voy segura de que tengo algo que contar, pero a la hora de hacerlo me quedo en blanco por unos segundos. Luego llega esa musa que te hace inspira y escribes, hablas o piensas como si se te fueran acabar las palabras. Finalmente te cansas de tu propia voz porque adoras el silencio, pero no quedarte con los pensamientos a solas; sabes que en algún momento dirán algo que no te agrade y odiarás los errores cometidos. Y luego te preguntas por qué, por qué preocuparse por algo que ya pasó, no tiene remedio y todo el mundo lo sabe solo que casi nadie sabe que puede obviar aquellos pensamientos, al menos yo no lo sé, pero no me obsesiono y cuando lo hago solo me apetece dormir, escuchar música y ponerme a dibujar o simplemente trasladarme a otros lugares que no tienen nombre, que deseo no ponerselo para que sea un misterio más y un motivo por el cual pensar en cómo llamarlo y así distanciarme de la realidad y olvidarme de aquello que me preocupaba. Por eso adoro las partes de la vida que te elevan , que no hacen daño y te dicen que tendrás lo que deseas aunque no sea verdad porque veas como lo veas siempre tienes aquello que deseaste, no como lo imaginaste pero de alguna forma u otra siendo a derechas o a izquierdas, torcidas o enderezadas, las tienes . Otra cosa es que no las veas y que no sepas como llevarlas.
Lindo relato... :)
ResponderEliminarMuchas gracias :3
Eliminarnice
ResponderEliminarme gusto :)
ResponderEliminarGracias:3
Eliminar